Inmigrante Colombiana supera retos y dificultades para crear una nueva vida en Estados Unidos

Publicado: 18 nov 2024, 19:08 GMT-6

PANAMA CITY BEACH, Florida (Telemundo Panama City) - Lilia Marcela Oviedo Pay nació en Ibagué, Colombia, en un pueblo humilde sin lujos ni riquezas. Vendiendo cafes, limpiando casas, haciendo negocios personales de todo tipo, ella hacia lo que fuera para traer comida a su hogar y a sus tres hijas.

“Yo vendia tintos en la plaza, a parte de eso pues me tocaba rebuscármela como fuera, haciendo limpiezas, fuera como fuera. La situación era si hay para arriendo, no hay para comida, si hay para comida no hay para arriendo,” dijo Marcela.

Además de esto, lo que más la motivó a dejar todo atrás en Colombia, y empezar de cero en Estados Unidos, era algo mucho más profundo.

“Yo tuve una relación, y esta relación me causó mucho daño, y ahorita lloro no por lo que yo sienta ya por eso porque ya eso murió, lloro porque a raíz de esa relación, a raíz de todo ese daño que esa persona me hizo, yo sé que yo también causé daño, entonces estoy como tratando de sanar esas heridas que sin querer le cometí a personas y sanando las heridas que esa persona me dejó porque fueron fuertes, fueron muy fuertes. Y viví maltrato, y viví abusos que no debería de haber vivido como mujer, permití que me hicieran cosas que una persona no tiene porque hacerla con nadie, sea mujer, sea hombre, sea lo que sea, uno no tiene porque pisotear las personas, uno no tiene porque degradar a nadie. Entonces esa fué como mi lucha,” dijo Marcela.

Después de esta situación, ella y su familia empezaron su largo trayecto por el sueño Americano. Ellos duraron 10 días viajando por tierra, con hambre, con sed, y sin ningún lugar dónde dormir además de estaciones de bus. “Es complicado porque uno con sed, con hambre, las niñas, ellas han sido muy guerreras entonces ellas así sientan hambre, ellas no le van a decir ‘tengo hambre, tengo hambre’, no, ellas ‘mami, que hacemos mami?” dijo Marcela.

Ahora Marcela trabaja para una familia local, y ha formado un hogar en Panama City. Ella le agradece a Dios por traerla aquí, y por darle una mejor vida a ella y a su familia. “Yo lo único que me digo a mi misma es ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’, no más, y pa’ lante, a luchar por lo que quiero, mis sueños, mis ideas, y todo lo que haya quedado allá, ya se quedó allá,” dijo Marcela.

Ahora su meta es tocar corazones y ayudar a muchas otras personas.